La vigencia de los derechos
humanos, el principio de la división de los poderes, la independencia de la
fuerza armada son fundamentales para vivir en democracia. Los venezolanos hemos
presenciado como durante los últimos cien días, el Presidente Encargado no ha
gobernado, ha utilizado el aparato del Estado con fines electorales, ha acusado
de corruptos a varios representantes de la oposición y ahora ha empezado a
atentar contra los estudiantes.
En el día de ayer 21 de marzo
fuimos testigos como una vez más el gobierno de Maduro mostró temor ante los
estudiantes cuando una representación de estos que marchaba pacíficamente al
Consejo Nacional Electoral (CNE) fue objeto de la violencia de un grupo civil
simpatizante del régimen, que los atacó utilizando piedras, botellas, palos y
otros objetos contundentes.
Los derechos humanos se violan
tanto por acción como por omisión, con esta afirmación se pretende recordar al
Presidente Encargado y a quienes ejercen funciones de gobierno que si no
adoptan medidas efectivas para garantizar la integridad física y el derecho a
la protesta de los estudiantes, el Estado venezolano, por su conducta omisiva,
estaría incurriendo en la violación de estos derechos.
Surge la interrogante por qué
Maduro le teme a los estudiantes, a pesar que: i) cuenta con el apoyo del “Alto
Mando Político Militar” (el cual utiliza como símbolo un brazalete con el
tricolor patrio); ii) la incondicionalidad de cada uno de los poderes del
Estado; iii) el apoyo de la Fuerza Armada; iv) el uso de la memoria del
Comandante Hugo Chávez para hacer campaña. La respuesta podría estar vincula a
las carencias del Presidente Encargado-candidato, así como el hecho que
históricamente, los estudiantes son símbolo de lucha, fuerza, valor,
creatividad, coraje, esa fuerza y ese coraje hoy los tiene luchando en
distintas ciudades del país hasta tanto se concedan condiciones electorales más
justas.
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