Por: Zulmaire González
Los venezolanos no hemos perdido
la capacidad de asombro por el comportamiento de quienes dirigen las
instituciones en nuestro país. Durante los últimos catorce años prácticamente
todo los días ha ocurrido al menos un hecho que nos sorprende e incluso
escandaliza y al día siguiente otro hecho que asombra aún más, pero
no se debe dejar de comentar, la actitud demostrada por Tibisay Lucena durante las últimas
semanas, debido a lo relevante del cargo que ejerce, así como a la magnitud del
rol histórico que está llamada a desempeñar durante las próximas elecciones
presidenciales del 14 de abril.
Tibisay Lucena, quien preside el Consejo
Nacional Electoral (CNE) desde el año 2006, posee una amplia trayectoria como
funcionaria pública, conoce bien las atribuciones y obligaciones que debido a
la investidura del cargo que ejerce le corresponden, además, sabe que la
transparencia, despartidización de los organismos electorales e imparcialidad
son algunos de los principios fundamentales que rigen a los órganos electorales.
Principios que ha resquebrajado notoriamente en las últimas semanas.
A los venezolanos que nunca
apoyamos a Chávez y mucho menos ahora apoyaremos a Maduro, siempre nos ha
generado duda la transparencia del CNE, especialmente desde el año 2004, cuando
por primera vez las elecciones se realizaron empleando el sistema totalmente
automatizado. Diversas organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos
se han pronunciado sobre el tema sin mayores repercusiones, en virtud que a lo
largo de estos años el régimen siempre ha contado con la lealtad de la mayoría
de los rectores del CNE, de hecho, actualmente de los cinco rectores, cuatro
simpatizan con el régimen. Asimismo, el Tribunal Supremo de Justicia, el
Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la
República han sido totalmente complacientes cuando de investigar denuncias por
presuntos fraudes electorales se trata.
Se ha cuestionado y por años
tuvimos dudas sobre la imparcialidad, transparencia y despartidización del CNE,
pero esas dudas que vivieron con nosotros desde el 2004 y que cada vez que
ejercíamos nuestro derecho al voto salían a relucir, quedaron totalmente
despejadas cuando Tibisay Lucena decidió portar, al mejor estilo Nazi, un
brazalete tricolor en su brazo izquierdo, como lo están llevando lo más fieles
y radicales militantes del partido de gobierno como Nicolás Maduro, Diosdado
Cabello, Jorge Rodríguez, Freddy Bernal, Mario Silva, por nombrar algunos. A estos
militantes del chavismo puro y duro quienes han jurado continuar a toda costa
con la revolución, también se le sumó nuestra presidenta del CNE!
Además de portar muy orgullosa su
brazalete tricolor, Tibisay Lucena, en estos tiempos post Chávez, ha tomado un
rol mucho más público y cercano con relación a su fidelidad al régimen, alejándose
más de los principios de imparcialidad, transparencia y despartidización que
deben regir al CNE, con acciones como: la migración ilegal de Nicolás Maduro
desde Carabobo a Caracas para que ahora pueda votar en el mismo centro
electoral de su compañera Cilia Flores, permitir la transmisión en cadena
nacional de mensajes electorales a favor de Maduro y permitir el uso de la
imagen de Chávez con fines electorales en todos los actos que está realizando
el presidente encargado y candidato a lo largo del país.
Debido a las acciones
antes mencionadas, así como a la ferviente respuesta dirigida por Lucena al
mejor estilo de militante del partido de gobierno al Departamento de Estado,
luego de los señalamientos sobre la transparencia de las venideras elecciones
presidenciales, es que nos permitimos afirmar que Tibisay Lucena se quitó la careta.