lunes, 25 de marzo de 2013

El Fanatismo de Nicolás Maduro











Por: Zulmaire González

Nicolás Maduro comenzó a ser conocido por los venezolanos cuando fue elegido Diputado para la Asamblea Nacional Constituyente en 1999 y posteriormente una vez promulgada la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela fue electo Diputado de la Asamblea Nacional llegando a ser presidente de este órgano legislativo en el año 2005. En 2006 fue designado Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores donde destacaría por implementar con éxito la visión de política exterior de Hugo Chávez. Entre sus logros se encuentran la creación y en algunos casos el fortalecimiento de nuevas formas de integración regional como el ALBA, la CELAC, PETROCARIBE, el ingreso de Venezuela al Mercosur, la normalización de las relaciones entre Venezuela y Colombia, el fortalecimiento de las relaciones con aliados no tradicionales como la República Popular de China, la República Islámica de Irán, Bielorusia, y Rusia.

En el año 2012 Maduro fue designado Vicepresidente Ejecutivo por Hugo Chávez y en diciembre de ese mismo año fue ungido como su heredero político con la clara misión de mantener y profundizar la revolución socialista  que se inició hace catorce años. Una vez que se produjo la desaparición física de Hugo Chávez, Maduro fue designado y legitimado como Presidente Encargado de la República mediante Sentencia de la Sala Constitucional de fecha 08 marzo de 2013, la cual interpretó de manera forzada el artículo 233 con el propósito de: i) Justificar que Maduro fuese el Presidente Encargado y en lugar del Presidente de la Asamblea Nacional como lo establece el mencionado artículo de la Constitución; 2) Que no tuviese que separarse del cargo de Presidente Encargado al momento de inscribir su candidatura; y 3) Se le otorgaron todas las atribuciones que le corresponden a los presidentes electos entre ellas la de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional.

Desde que Nicolás Maduro se hizo presente con mayor frecuencia en los medios de comunicación, hemos conocido algunos rasgos de la personalidad de quien se iniciase en las lides políticas como líder del sindicato del Metro de Caracas donde se desempeñó como conductor de autobuses. Maduro es un ferviente seguidor de Sai Baba, a quien visitó en varias oportunidades y recientemente recibió la bendición del movimiento creado por el gurú indio.

Durante los ciento veinte días que Maduro lleva al frente del gobierno venezolano, ha recurrido de manera obsesiva al uso de la figura de Chávez a quien se refiere en tiempo presente, al señalar que este sigue siendo el Presidente de Venezuela, lo menciona de manera insistente en sus alocuciones llegando a nombrarlo 3.456 veces durante los dieciséis días que transcurrieron después de su fallecimiento, el haber dirigido un extenso funeral donde incluso llegó a plantear la idea de embalsamarlo y compararlo con líderes comunistas como Lenin, Mao Tse Tung y Ho Chi Minh. El uso de términos como “padre”, “gigante”, “cristo de los pobres de América Latina”, entre otros.

Asimismo, Maduro ha mostrado devoción así como admiración por Fidel Castro y el régimen cubano, lo cual se ha manifestado en un discurso lleno de elogios hacia Cuba portando la estrella de cinco puntas a la usanza de Fidel Castro en la solapa del traje y luego el uniforme militar verde oliva, transmisión en cadena nacional del himno de cuba y su famosa frase “quizás solamente el pueblo cubano tenga una estirpe de solidaridad superior a la que Chávez cultivó en este pueblo”. Estas manifestaciones hacia Cuba son muestra de la intención de Maduro de dar una mayor importancia a los hermanos Castro en las decisiones política interna venezolana, lo cual se configura en un claro atentado en contra la soberanía nacional.

Desde el punto de vista religioso Maduro presenta un marcado eclecticismo, pues además de su mencionada devoción a Sai Baba no ha dudado en declararse cristiano a la vez que dice que es un halago que lo llamen comunista. Además, alterna mensajes de amor y de unidad con resentimiento, odio e incluso alusiones homofóbicas como cuando insinuó que el candidato opositor Henrique Capriles Radonski es homosexual por el simple hecho que es soltero.

Por otra parte, el discurso de Nicolás Maduro se ha caracterizado por el uso de frases que denotan una posición contraria al Gobierno de los Estados Unidos de América. Se inició como jefe de gobierno declarando personas non grata a dos agregados militares norteamericanos acreditados ante el Gobierno venezolano, e insinuando que la enfermedad de Chávez fue provocada por “el imperio” y acusando al país del norte de ser “halcones locos” que están interfiriendo en el proceso electoral venezolano al ordenarle “a  la derecha venezolana a retirarse de los comicios o sabotearlos”.

Lo antes expuesto denota que el actual Presidente Encargado de Venezuela y candidato a la presidencia Nicolás Maduro, ha dado muestras de poseer una personalidad con rasgos de fanatismo que se han plasmado en sus políticas, acciones y discursos. El ungido por Hugo Chávez Frías como su heredero político ha venido utilizando de manera obsesiva la figura de Chávez, a quien imita con fines electorales. Además, muestra una devoción hacia Fidel Castro y al régimen cubano que podría dar lugar al intervencionismo cubano en las decisiones políticas venezolanas. Aunado a ello, Maduro está obsesionado por utilizar un discurso anti norteamericano pasado de moda, propio de la época del esquema bipolar. Todo ello lleva a concluir que el Presidente Encargado de la República Bolivariana de Venezuela con sus claros rasgos de fanatismo, representa un peligro para la democracia venezolana, la estabilidad de la región, la vigencia de los derechos humanos y la soberanía nacional. 

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