Por: Zulmaire González
Cien días han pasado desde que la
silla de Miraflores está ocupada por un presidente ilegítimo, período éste
durante el cual los venezolanos hemos sido testigos de la incapacidad de quienes
nos gobiernan, no sólo me refiero al señor de dudosa nacionalidad venezolana
quien funge de Presidente de la República sino también a su tren ministerial y
a los denominados boliburgueses-revolucionarios.
Mucho se ha dicho y escrito sobre
las opciones que se tienen para enfrentar a este régimen. Aparte de la
impugnación de las elecciones del 14A sobre la que es posible prever la
decisión que tomarán la versión criolla de los juristas del horror, los
dirigentes políticos, estudiantes y sociedad civil están haciendo lo que les
corresponde.
Pero ha faltado enfrentarlo con
la herramienta que más afecta y más temor produce entre regímenes como el
madurista-castrista, esto es la protesta pacífica y activa del pueblo, la protesta
masiva del ciudadano víctima de la inseguridad, el desabastecimiento, el alto
costo de la vida, las fallas de electricidad, el racionamiento del agua. Los
ciudadanos a quienes también les afecta la corrupción sistemática de
funcionarios del gobierno, quienes durante estos 14 años se han venido
enriqueciendo impunemente mediante el desvío de los recursos provenientes de la
renta petrolera, ocasionando que los hospitales se estén cayendo, la
infraestructura vial no sirva, hacinamiento en las cárceles y falta de
inversión extranjera directa necesaria para el desarrollo del país.
De igual manera, los ciudadanos
venezolanos ansían protestar porque han visto mermada su calidad de vida por
las erradas decisiones económicas y políticas del régimen así como por el
ensañamiento que impera contra los presos políticos, negándoles como en el caso
de Simonovis, medida humanitaria. Además, se persigue a la disidencia, se
criminaliza la protesta de los trabajadores, se persigue y se torturan
estudiantes, se impide a la jueza Afiuni, quien ha sido perseguida hasta la
saciedad por el régimen, el uso de twitter, se acusa a activistas de derechos
humanos de ser agentes de la CIA y querer desestabilizar internacionalmente al
gobierno. Por si fuese poco se desprecia, se insulta e incluso se agrede
físicamente a representantes de la oposición, acompañado de la cada vez más
frecuente violación de la Constitución de 1999 y del resquebrajamiento del
estado de derecho.
Razones sobran para protestar
contra este régimen, los ciudadanos venezolanos que queremos libertad, democracia
e igualdad somos mayoría.
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