miércoles, 30 de octubre de 2013

Los Militares y la Revolución corrupta, delincuente y cómplice










Por: Zulmaire González y Juancarlos Vargas

La corrupción ha penetrado prácticamente todas las instituciones del Estado venezolano, incluyendo el estamento militar. Mientras Nicolás Maduro se refiere insistentemente a la lucha contra la corrupción y solicitó a la Asamblea Nacional  Ley Habilitante que le permita legislar vía decretos leyes en esta materia, la sociedad venezolana aprecia como este flagelo no solo se ha enquistado progresivamente dentro de un sector importante de la fuerza armada (FFAA) sino que además, otros países comienzan a mostrar preocupación porque Venezuela está cerca de convertirse en un narco-estado.

Debido a la notoriedad de los casos de corrupción y otros delitos que se han detectado dentro de la Fuerza Armada, entre los cuales destaca el decomiso de 1.3 toneladas de cocaína pura por las autoridades francesas dentro de un avión de Air France que despegó del Aeropuerto Internacional de Maiquetía pasando por controles que están a cargo de la Guardia Nacional. Este decomiso fue producto de actividades de inteligencia que vienen adelantando gobiernos de la Unión Europea. La inacción y falta de investigaciones creíbles por parte del Estado venezolano ante situaciones como la antes descrita, han hecho que se presuma la  existencia de un pacto entre Nicolás Maduro y la Fuerza Armada, pues de lo contrario ¿cómo se puede explicar que estos hechos no se investiguen a fondo y que por otra parte Maduro siga siendo Comandante en Jefe de una FFAA que debió haberle solicitado la renuncia cuando comenzaron hacerse públicas las pruebas sobre su doble nacionalidad? Por razones históricas, es contrario a la naturaleza de la máxima institución militar ser comandadas por un personaje que ostente la nacionalidad colombiana.

Hasta ahora ha predominado el silencio militar, no se sabe por cuanto tiempo los oficiales se mantendrán  inertes ante esta situación, se señala  que ese silencio se mantiene a cambio de altos cargos y privilegios que han permitido a un grupo de militares amansar fortunas a través de distintas actividades ilícitas que van desde la malversación de fondos, peculado de uso, extorsión, sobornos y más grave aún mediante el tráfico de drogas.

Mucho se ha dicho sobre la existencia de cárteles que operan dentro de la Fuerza Armada venezolana. Estos cárteles de la droga han sido objeto de rivalidades, debido a que uno es controlado por la Guardia Nacional y el otro por el Ejército, a ambos se les conoce como cárteles de los soles, los cuales son dirigidos tanto por oficiales de altos rango dentro de la jerarquía de la institución como por militares activos y retirados que han ocupado altos cargos dentro del mundo militar, así como en organismos claves y estratégicos como importantes puertos y aeropuertos o como el caso del ex-magistrado Eladio Aponte Aponte quien presidió la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Aponte Aponte admitió públicamente haber seguido instrucciones para otorgar medidas cautelares a militares vinculados a estos carteles. A esto se le agrega que los cárteles militares de la droga operan en complicidad con los movimientos guerrilleros colombianos FARC y ELN, e incluso con la cooperación del hampa común, lo cual les ha permitido hacerse de los espacios necesarios para que Venezuela haya pasado a ser el principal puente para el tráfico de estas sustancias estupefacientes hacia Europa, así como para distribuirla en cuantiosas cantidades dentro del territorio venezolano.

Estas actividades ilícitas se mantienen a pesar de haber sido denunciadas por periodistas y exmilitares venezolanos. Asimismo, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC)  de los Estados Unidos de América sancionó en el año 2008 a un grupo de oficiales militares activos, y posteriormente en el año 2011 amplió la lista de personas sancionadas, al incluir a un ex Alcalde del Municipio Libertador perteneciente al partido de gobierno.

En las actuales circunstancias que vive Venezuela, la solución a este problema, así como de muchos otros, pasa por la salida del Nicolás Maduro de la presidencia. Maduro está atrapado y es poco lo que puede hacer para combatir la corrupción y el narcotráfico dentro del estamento militar, su legitimidad y doble nacionalidad le hace temer a la FFAA. Por ello, no es casual que en su discurso se refiera con frecuencia a la llamada Milicia Bolivariana, la cual está integrada por un grupo de reservistas armados, sin mayor formación y altamente ideologizados que se asemeja a un grupo paramilitar.

La reserva moral de la FFAA debe reaccionar enérgicamente y exigir la renuncia de su actual Comandante en Jefe, pues están en peligro la soberanía, integridad y defensa de la Nación. 







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