Firma Invitada
CLAUDIO J. SANDOVAL | EL
UNIVERSAL
jueves 25 de abril de 2013
El presente artículo va dedicado a la comunidad
internacional. La mayoría de mis amigos y colegas en el exterior carecen de
tiempo para adentrarse en los detalles de la crisis política venezolana, con
ocasión a la reciente coyuntura electoral. En esencia, se plantea una lucha de
poder e intereses cuyo eje central se sintetiza en las siguientes
interrogantes: Si el presidente proclamado no tiene la capacidad de asumir las
riendas de Venezuela ¿cómo abandonará el
poder y cuanto tiempo se estima que dure en Miraflores?
¿Cómo saldrá del poder?
La salida insurreccional. Descarto 100
por ciento la posibilidad de un golpe liderado por Capriles debido a cuatro
razones fundamentales: Primero, los hechos evidencian su apego al sendero
netamente institucional; segundo porque no quiere; tercero porque su
oportunidad y legitimidad política para llevarlo a cabo fue el 15 de abril, en
caliente, inmediatamente después del anuncio de los resultados (Contrástese con
la Revolución de las Rosas de 2003 en Georgia) y; cuarto porque no tiene
ascendencia representativa en la Fuerza Armada Nacional (FAN) y nadie va a regalar
su capital político para que lo usufructúe un tercero.
Ahora bien, si alguien apelara al beneficio de la
duda, de todas formas debe tener en cuenta que un golpe de estado no lo ejecuta
quien quiere sino quien puede. Actualmente en Venezuela esa prerrogativa la
posee el chavismo y algunas personas cercanas a su entorno cerrado.
Aunque en este momento los acontecimientos
mediáticos pudieran burlar hasta los más experimentados analistas, haciéndoles
concluir que la amenaza del gobierno es la oposición, en realidad los verdugos
de Maduro serán los que hoy dicen ser sus “aliados”.
¿Por qué? Desde su visión, el
chavismo bajo el liderazgo de Maduro va por mal camino. Es preferible
sacrificar a una persona que lo que quede del legado del comandante Chávez. Hay
otros que sin ser chavistas pudieran valerse de su discurso. Mientras tanto se
mantendrían camuflados.
¿Cómo lo deslegitimarían? Alegarían,
basándose en hechos concretos imposibles de visualizar en este instante, que
Maduro traicionó a su padre Chávez y al pueblo y/o que se apartó de los
lineamientos constitucionales.
La salida heroica. Dependiendo de
las circunstancias, su propia gente podría convencerlo de que abdique o delegue
el cargo a otro camarada con más liderazgo. Para darle curso a tal alternativa el
chavismo debe primero garantizarse un mecanismo formal de continuidad en el
poder de cara a las disposiciones constitucionales.
Por su propia condición militar, se ha ganado un
espacio importante de liderazgo dentro de la FAN. Su gran desventaja es que
tiene pobres niveles de aceptación popular en el chavismo y la oposición. Desde
esta perspectiva, a Cabello le resultará cuesta arriba ser presidente por la
vía democrática-electoral. Es un dilema que deberá resolver…
¿Y Capriles cómo queda parado?
La victoria política del 14A le augura un buen
futuro para su carrera; de hecho, estimo que tiene grandes posibilidades de
alcanzar su máxima aspiración política cuando en Venezuela existan elecciones
imparciales.
Mi mensaje
La tesis principal del escrito es que el gobierno
ha venido posicionando en la opinión pública una denuncia de conspiración en su
contra. Si ese fuere el caso, entonces Maduro realmente debe preocuparse por la
conspiración interna.
Presento este análisis de entorno en mi calidad de
especialista no como ciudadano. De manera que jamás deberá ser entendido como
un endoso o ataque personal hacia cualquiera de los actores mencionados.
Con respecto a Nicolás Maduro, es un hombre que ha
reconocido públicamente sus deficiencias y está imprimiendo un gran esfuerzo
para seguir honrando su lealtad absoluta y compromiso con Chávez y la
revolución socialista. La lealtad y el compromiso son cualidades que comparto y
respeto enormemente.
Con este error de Chávez y de los Castro, Maduro no
ha sido congraciado sino condenado. La sociedad venezolana se está llevando la
peor parte.
Nicolás, a pesar de que estoy convencido que tu
proyecto político es contraproducente para nuestro país, puedo reconocer que,
al igual que Chávez, amas tanto a Venezuela que darías todo, incluso tu vida,
por una mejor patria. Sinceramente, te extiendo mi solidaridad ante el martirio
que ya empezaste a vivir.
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