jueves, 21 de febrero de 2013

¿Hay democracia en Venezuela?











Por: Juancarlos Vargas

Introducción.
Estas reflexiones fueron resultado como consecuencia  de las declaraciones del congresista liberal de oposición de nacionalidad canadiense Jim Karygannis, quien hace más de un año solicitó un debate de emergencia en el  Parlamento de Canadá para discutir la coyuntura política venezolana.

Dictadura Electoral y Régimen Neo-Totalitario.
El régimen que instauró Hugo Chávez en Venezuela, en principio, podría ser calificado como una dictadura electoral con rasgos de régimen neo-totalitario. Cabe destacar que el totalitarismo es una forma de gobierno que difiere sustancialmente de otras formas de gobierno como las tiranías y dictaduras cien por ciento puras, principalmente por la forma particular en que utilizan el terror. La Alemania Nazi y el gobierno comunista de Stalin fueron los dos regímenes totalitarios más estudiados del Siglo XX. No obstante, este concepto no es aplicable a todos los gobiernos comunistas ni a todos los gobiernos fascistas. Para Federico Welsch, otros regímenes totalitarios, sin ánimo de ser exhaustivo, que se podrían añadir a la lista son “la República Popular China en la época de Mao (Revolución Cultural), Camboya bajo la dictadura de Pol Pot, la Rumania de Caucescu, Afganistán bajo la dictadura talibán, Irak bajo la dictadura de Hussein y Corea del Norte”. Pero además, la disolución soviética dejó atrás ejemplos claros de formas totalitarias caracterizadas por el empleo de mecanismos formales democráticos para legitimarse, lo que explica la persistencia de los regímenes centroasiáticos, ruso y bielorruso, pero también la expansión de esta forma de democracia totalitaria en América Latina, como lo demuestran los regímenes venezolano, boliviano, ecuatoriano y nicaragüense, todos asociados al ALBA. Por esa razón se hace indispensable superar los conceptos simples y maniqueos que dominaron el lenguaje político durante el siglo XX.

El Régimen Chavista-Madurista-Castrista y los Elementos de un Totalitarismo renovado.

El régimen chavista reunió rasgos de un totalitarismo renovado, rasgos estos que se han profundizado aceleradamente desde que Maduro asumió la jefatura del Estado.  El régimen que ha gobernado Venezuela durante los últimos 15 años se caracteriza porque concurren las principales características que caracterizan a los regímenes de esta naturaleza, como: (1) concentración del poder en un líder y desarrollo del culto a la personalidad, lo cual incluso se mantiene luego de la desaparición física del líder; (2) sustitución del sistema de partidos por un movimiento de masas; (3) el miedo como mecanismo de dominación; (4) la progresiva abolición de las libertades y derechos de la persona humana; e) el desplazamiento constante del centro del poder; (5) la coexistencia del poder real y el ostensible; (6) uso de la propaganda y del sistema educativo para adoctrinar, (7) supervisión centralizada de la economía; y (8) la utilización del Derecho, a través de la manipulación de la legalidad con el propósito del logro de sus objetivos.

El Uso del Terror como medio para anular las libertades.
El terror es la herramienta que han utilizado los totalitarismos para evitar que los individuos puedan pensar y expresarse con libertad; les anula de manera progresiva sus derechos. Los gobiernos totalitarios nunca abandonan el uso del terror, ni siquiera cuando logran sus objetivos psicológicos: su verdadero horror se fundamente en que ejerce control sobre una población que ha sido completamente sometida.

Visto que los totalitarismos luchan por la dominación total de la población, esto trae como consecuencia que el líder se vea en la necesidad de establecer un mundo ficticio, pero a la vez debe acudir a todos los medios que sean necesarios para evitar que ese mundo ficticio alcance estabilidad, como consecuencia de ello los totalitarismos se caracterizan por el desprecio a la estricta adhesión a las normas jurídicas, pues la estabilización de las leyes obra en contra de la supervivencia del régimen.


El Uso del Derecho y la Apariencia de Legalidad. 
Rasgo restante dentro de los regímenes totalitarios es la radicalización de las normas jurídicas, como consecuencia de la necesidad de alimentar una revolución constante. En Venezuela el régimen  se ha apoyado en leyes, con el propósito de crear una apariencia de estabilidad consciente que requerían de un estado de inestabilidad constante. En este sentido, se considera pertinente ahondar en el concepto totalitario de la ley, para ello es importante tener presente que el régimen logró durante mucho tiempo,  al  menos en apariencia, apego al principio de legalidad ante la comunidad internacional. Este principio fundamental del derecho público garantiza que todos los actos de los poderes públicos estén sometidos a la voluntad de las leyes. Los Estados totalitarios, a diferencia de las tiranías que se apartan totalmente de la legalidad, crean un verdadero entramado jurídico con el propósito de mantenerse en el poder. Los regímenes totalitarios buscan a todo evento seguir las leyes de la naturaleza o de la historia de la que emanan todas las posibles leyes positivas. 

Los Estados totalitarios desafían el derecho positivo, por ello Arendt acuñó el término ilegalidad totalitaria, la cual “pretende haber hallado un camino para establecer la justicia en la tierra –algo que reconocidamente jamás podría alcanzar la legalidad de la ley positiva”.

Al igual que ocurre en los regímenes totalitarios, durante el actual régimen, en varias ocasiones los jueces afectos han interpretado de manera discrecional las normas jurídicas y han  incurrido  excesos con frecuencia. Por ejemplo: el caso Afiuni, caso Simonovis, y más recientemente las detenciones de Leopoldo López, Ceballos, y Scarano, por solo mencionar algunos casos. Asimismo, destaca el excesivo número de Decretos-Leyes, la criminalización para perseguir a quienes se oponen al régimen (por ejemplo las leyes de desacato), un número importante de decisiones de la Sala Constitucional que buscan justificar el incumplimiento de obligaciones internacionales en materia de derechos humanos e inversión extranjera contraídas de manera voluntaria por el Estado venezolano, invocando normas de derecho interno.

Los ejemplos supra indicados guardan similitud hechos ocurridos dentro de los Regímenes Totalitarios. La Constitución de 1999 ha sido relegada a un segundo plano, esto es otro elemento que acerca al régimen que detenta el poder en Venezuela desde hace 15 años  con los regímenes totalitarios.

Otro de los objetivos intermedios del totalitarismo es anular de manera progresiva los derechos y libertades civiles. Para lograr esto, los Estados totalitarios colocan en primera instancia, a determinados grupos fuera del sistema penal ordinario, pero luego esto termina extendiéndose a cualquier ciudadano, incluso a quienes han colaborado con el régimen totalitario, pues la detención arbitraria destruye la posibilidad de oposición. Las leyes y sanciones sobre las cuales se sustentan los totalitarismos serán más efectivas, en la medida, que logren que los individuos pierdan su capacidad, e incluso se sientan responsables.

Características Particulares del Régimen Chavista-Madurista-Castrista.
El régimen neo-totalitario chavista-madurista-castrista tiene características particulares: (1) cuenta con algún  apoyo popular lo cual per se no le otorga legitimidad; (2) ha incorporado elementos de las nuevas dictaduras, como mantener la apariencia mediante celebración periódica de “elecciones”, pero sin que sean totalmente transparente y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo;  y aparentar un supuesto “respeto” a la libertad de expresión, pero que en la práctica es atacada a través de formas más sutiles que las utilizadas por las dictaduras del pasado; (3) Se soporta en la fortaleza de la renta petrolera y en la conversión de las FFAA en función del proyecto; (4) ejerce el monopolio de la violencia, no sólo la legítima que corresponde a todo Estado, sino paradójicamente, de la violencia subversiva que clásicamente corresponden a los elementos de oposición, a través de sus grupos armados paramilitares. Esto implica la militarización de los ciudadanos, su conversión en milicianos en defensa de la “revolución”; y (5) la idea de un único partido que posea el monopolio de la actividad política “legítima”.

1 comentario:

  1. Aplaudo esta iniciativa académica de clarificar la naturaleza del régimen que ejerce el poder en Venezuela.

    Creo que esta iniciativa es importante, más aún vital, debido a que una gran parte de la población, incluido un amplio sector de la oposición, desconoce la naturaleza de este régimen, o cuando menos lo subestima, y no lo trata como a un régimen neo-totalitario, sino más bien como a un gobierno constitucional, con lo cual indirectamente contribuyen a cimentar su discurso y lo legitima.

    Los Venezolanos deben estar claros que el actual es un régimen neo-totalitario que se sirve de una apariencia de legalidad para legitimarse, que consigue gracias al control tiene sobre las instituciones, (especialmente el CNE, TSJ y la AN) que continuamente actúan (elecciones, decisiones, leyes) que legitiman al régimen.


    Considero que la oposición aún no ha sabido cómo resolver este dilema, y no termina de denunciar a este régimen como neo-totalitario, debido a que cae en el chantaje de ser calificada como “radical” por el simple hecho de desconocer la legitimidad del régimen pese a las reiteradas actuaciones de las instituciones para legitimarlo.

    Peor aún, la oposición ha adoptado parte del discurso del régimen, según el cual es legal comportarse de la manera que sea si se goza del respaldo popular. Esto nos invita a la siguiente reflexión: si es legítimo el régimen que actúe conforme a la Ley, es Ley todo aquello que (supuestamente) decidan las mayorías?

    Continuamente observo un discurso oficial y opositor que respalda esta visión tan fracturada de lo que es la democracia, que desconoce los principios del estado de derecho, y que dan por sentado que la voluntad de las mayorías pueden convertirse en Ley y legitimar cualquier acción, sin importar el atropello que se produzcan a las minorías.

    Es por esto que es necesario iniciar un proceso profundo de reflexión como el que tú estás realizando, donde se rescate el verdadero valor de la democracia y del estado de derecho. De lo contrario, como sociedad nunca avanzaremos lo suficiente, porque siempre estaremos a merced de un caudillo carismático que se servirá del populismo para cambiar el ordenamiento jurídico a sus intereses personales.

    Eduardo Rodríguez-Weil

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