sábado, 16 de noviembre de 2013

San Nicolás Maduro












ZULMAIRE GONZÁLEZ |  EL UNIVERSAL
sábado 16 de noviembre de 2013  12:00 AM
Quien dirige las riendas de la nación decidió que las festividades decembrinas comenzarían el 01 de noviembre y así lo decretó, señalando, que: "esta temprana decisión es como aplicar la mejor vacuna contra cualquiera que intente venir con inventos o incluso actos de violencia. El que ande con amarguras por allí le cantaremos un villancico de Francisco Pacheco o una parranda para alegrarle el alma".


Nicolás Maduro mostró una vez más que está disociado de la realidad, toda vez que pretende con ferias navideñas, luces y conjuntos de gaitas distraer a la población de la escasez de harina, leche, huevos, leche condensada, pollo, harina P.A.N., por nombrar algunos productos indispensables para elaborar comida navideña o que se iban a olvidar que el pan de jamón, uvas y pernil se encuentran imposibles de comprar para el bolsillo del pueblo, sin hablar de juguetes, prendas de vestir, zapatos o electrodomésticos que se acostumbran a comprar en estas fechas. 



Visto por el régimen que el dinero no alcanza ni para comprar regalos para la familia, que se han intensificado rumores de un estallido social y que decretar la Navidad un mes antes de lo habitual no surgió el efecto esperado, el propio Presidente de la República decidió ser San Nicolás y en cadena de radio y televisión como parte de su regalo navideño para los venezolanos, instó a la población que quedaran los anaqueles vacíos de una tienda de electrodomésticos por lo que en menos de 24 horas, televisores, blu rays, equipos de sonido y toda la gama de artefactos eléctricos desaparecieron de la tienda en actos vergonzosos y pasaron a manos de ciudadanos que siguieron el juego al régimen.



Hay que alertar que este disfraz de San Nicolás y esas "dádivas" hacia el pueblo, no son más que la oportunidad política para consolidar el proyecto castro-comunista en Venezuela, que las medidas económicas solo traerán más inflación y escasez, como lo han advertido muchos economistas.



La Navidad feliz ni la suprema felicidad se decretan, por más empeño y recursos que se inviertan para crear esa atmósfera de dicha o para alegrarnos el alma, estas festividades se acabarán a finales del mes de diciembre, San Nicolás colgará su traje y en enero se volverá a la realidad sin gaitas, villancicos, luces, pero con anaqueles vacíos, inseguridad desbordada y menos libertad.

@zulmaire

zulmairegonzalez@gmail.com

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