Entre 13 y 19 reclusos muertos y un centenar y medio de intoxicados se registraron en un penal del noreste venezolano, tragedia que las autoridades atribuyeron a un intento masivo de los presos de autointoxicarse con medicamentos.
Han pasado nueve meses desde que Leopoldo López se entregó a las autoridades y su juicio parece inmóvil.
El tribunal, que lleva un mes cerrado, solo ha escuchado a 12 de los 108 testigos, las audiencias han sido diferidas cuatro veces y el líder opositor venezolano se ha negado a asistir a las últimas dos sesiones.
Este martes está pautada una nueva audiencia, la undécima en caso de que se realice, para la que una vez más se ha establecido un cordón militar en las calles aledañas al Palacio de Justicia, en el centro de Caracas.
Leopoldo López es el preso -"preso político" o "político preso", según quien haga la evaluación- más importante de Venezuela: arrestado en medio de las masivas protestas antigubernamentales de este año, desde entonces ha ido subiendo en las encuestas hasta convertirse en el político con más aceptación en el país (por encima del presidente, Nicolás Maduro, y el opositor Henrique Capriles).